Es ese sentimiento de plenitud, de tranquilidad. Como cuando llegas a un sitio desconocido, lejano y te dejas invadir por lenguas extranjeras y culturas extrañas. O cuando dejas tu cuerpo mecerse con el movimiento de las olas. Cuando te invade un calor inmenso y sin pensarlo te tiras al vacío y tu cuerpo cae sin importar como, pero cae. El viento acaricia tus mejillas y baila con tu pelo. Miras al cielo y te sientes pequeña, rodeada por la inmensidad de un planeta hermoso que espera a que los descubras. Como nadar en aguas cristalinas y sentir el tacto de los peces escurridizos a tu al rededor. Sumergirte entre algas danzantes y sentir la arena levantarse a tu al rededor como pequeños cristales. Un beso frío, un escalofrío, una caricia, una mirada azul, limpia, sabores, olores, colores. Paz.
